Tras un 2022 de beneficios históricamente altos, un 2023 aún mejor. La mayor gasista y la tercera mayor eléctrica de España, Naturgy, se anotó una ganancia neta de 1.986 millones de euros en 2023, un 20,4% más, en plena remisión de la crisis energética. La fuerte caída en los precios energéticos tiene un doble efecto en sus cuentas: reduce los ingresos, pero también permite cerrar coberturas negativas en el mercado gasista. La deuda, por su parte, se mantuvo prácticamente estable, en el entorno de los 12.000 millones, según las cifras remitidas este martes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y ante las que el mercado ha reaccionado con una bajada de algo más del 1%.
El beneficio bruto de explotación (Ebidta) creció un 11%, hasta los 5.475 millones de euros. De esta cifra, 2.638 millones procedieron del negocio de redes de distribución, un nicho mucho más previsible y estable y en el que Naturgy registró un crecimiento del 7%, mientras que los 2.949 millones restantes procedieron de los negocios liberalizados (+15%). La compañía tiene en pausa su proyecto para segregar ambas actividades en dos compañías cotizadas completamente independientes: “Tiene sentido, pero ahora mismo no se dan las condiciones”, ha sentenciado el presidente ejecutivo de Naturgy, Francisco Reynés.
La crisis de precios de la electricidad y el gas ha sido un maná para todas las energéticas, y Naturgy no es excepción. Desde que lanzó su plan estratégico para el periodo 2021-2025, la antigua Gas Natural Fenosa se ha anotado un beneficio bruto de explotación agregado de 13.958 millones y ha distribuido entre sus accionistas 3.908 millones de euros en dividendos, reduciendo también sustancialmente sus ratios de deuda pese al frenazo de 2023 en ese capítulo.
El consejo de administración de la energética llevará a la junta de accionistas del próximo 2 de abril una propuesta de dividendo de 1,4 euros por acción, “de acuerdo con la política de dividendos comprometida” con cargo a los —en palabras de Reynés— “buenos resultados de 2023, uno de los mejores de la historia de la compañía”. “No vamos a escondernos por ello”, ha terciado en declaraciones a los medios de comunicación.
Abierto a “oportunidades dentro y fuera de España”
Con una liquidez de alrededor de 9.000 millones y la deuda bajo control, Francisco Reynés se ha mostrado este martes “atento a cualquier oportunidad” de compra “que pueda haber, tanto dentro como fuera de España”. En cualquier caso, ha dicho, cualquier adquisición debería cumplir un criterio de “disciplina” financiera: “Si es así, analizaremos cualquier oportunidad que pueda haber. (…) La tesorería no será un límite: si hay donde invertir, tendremos opciones de hacerlo”.
El primer ejecutivo de Naturgy también se ha mostrado abierto a dar entrada a socios financieros en proyectos propios en renovables, como ya están haciendo otras empresas del sector, como Iberdrola o Repsol. “Si hubiera más capacidad de invertir incorporando socios, como están haciendo otros, no podemos decir que no de antemano”, ha deslizado al tiempo que negaba que en la próxima junta de accionistas fuese a llevar el nombramiento de un consejero delegado tras el fracaso de la operación Orrantia.
En 2023, la energética invirtió 2.944 millones de euros, un 53% más que en 2022. De esa cantidad, casi el 70% fue a parar al negocio liberalizado, sobre todo renovables; el resto, para redes. En clave geográfica, España se llevó el 66% de las inversiones. Reynés ha pedido, sin embargo, más “visibilidad regulatoria a largo plazo”.
Igual que hace justo un año, la antigua Gas Natural Fenosa —que desde el año pasado solo presenta resultados semestrales y no trimestrales— elude cualquier previsión de resultados para 2024. Una decisión que la empresa justifica con un argumento doble: “La extrema volatilidad de los mercados energéticos y la inesperada climatología”. En todo caso, dice, “espera repetir en 2024 el nivel de inversión y (…) situar de nuevo el dividendo en el nivel actual”.
Preocupación “a medias” por la demanda
Preguntado por la fuerte caída en la demanda de electricidad y de gas natural a raíz de la fortísima subida de precios durante la crisis energética, Reynés se ha mostrado “preocupado a medias”. “Si es consecuencia de una mayor eficiencia, es bueno para todos. Si es consecuencia de una deslocalización industrial, entonces es un problema de la economía. Esa es la parte que nos preocupa más, no como energética sino como sociedad en general”, ha esbozado. En el caso particular del gas, el jefe de Naturgy ha apuntado a la climatología —con dos inviernos de temperaturas notablemente más altas de lo habitual— como factor “más relevante”.
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