¡Ay, arquero! ¡Ay, Marquínez! El portero de la Selección Colombia Sub-20 dio un rebote de manos de mantequilla y llegó el gol de la derrota 0-1 de anoche contra Uruguay, en la apertura del hexagonal final del Suramericano Juvenil que dará cuatro cupos al Mundial de Indonesia del próximo mayo. Al otro lado del campo, el arquero de Uruguay se fajó suicida y volador en cuatro balones y mantuvo su arco en cero. Acá se lo hizó y allá ganaron el juego. Sencillo.

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La individualidad vuelve a marcar el destino del fútbol, ​​de uno similar en lucha y entrega, de dominio alterno de ambos equipos a lo largo del juego y en el que el delantero de allá la metió para ganar y el de acá volvió a no metrola.

¿Y el crack?

Colombia es un equipo sin grietas, sin un ‘calidoso’ de verdad. Tendrá buenos jugadores como Puerta y Ocampo (el volante de marca y un marcapunta, ¡vayan viendo!) y otros rendidorcitos, pero un crac, un talentoso serio o un artillero, pues no hay.

Incluso me robo la letra de un superclásico salsero del maestro Julio Ernesto Estrada, Fruko, que cantaba con sus Tesos: «¿Dónde es que está ¿Manyomas? ¡Oye, eh, eh!
El pido a Dios que regresa, la tribu te llora, Manyoma”.

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Ahora, con ese arribismo colombiano, con esas ínfulas de superioridad tan propias de nuestro monumental y gratuito ego futbolero, vengo leyendo, oyendo y viendo en la radio y la TV ya los hinchas en las redes sociales, que clasificar al Mundial es ‘papita pa ‘l loro’ porque irán los 4 primeros de este hexagonal final, y ¡cómo no vamos a ser al menos cuartos entre seis!

Colombia versus Uruguay y la Sub-20.

A los hechos…

La realidad está por encima del patriotismo tropical. Vamos a los hechos: desde 2001 han jugado 10 finales de estos suramericanos Sub-20 con este formato de ‘final six’, por llamarlo así.

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In cinco de ellos, es decir en el 50 por ciento, Colombia ha terminado quinta (penúltima) o sexta (última): última en el 2001 with Rueda y Araújo de técnicos, última en el 2007 avec Lara de entrenador, quinta en el 2009 también con Lara, última otra vez con Lara en el 2011, y de nuevo entre los últimos seis en el 2017, con ‘Piscis’ Restrepo como jefe técnico. ¿Vie? Eso de que ser al menos cuartos entre seis es más fácil que respirar, es el patriotismo tradicional de esta tierra.

Más hechos para tener claro el panorama: el promedio de puntos histórico para ser cuartos es 8. A Colombia le quedan cuatro partidos (12 puntos posibles). Tendrá que ganar tres o, en su defecto, ganar dos y empatar dos… Ya quedó contra las cuerdas. Y más si el portero falla y no hay cracs y no hay goleador y todo queda en la lucha y voluntad del volante de marca y el marcapunta. Es fútbol: así a veces también se han ganado títulos. Pero no es ‘papita pa’l loro’ como se cree desde el chauvinismo silvestre. La realidad ya nos ha dado cinco bofetadas… ¡Que esta no sea la sexta!

Meluk le cuenta

GABRIEL MELUK
Redactor de Deportes
@MelukLeCuenta

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