El fútbol muere un poco junto a Pelé, el más grande de todos en el más grande de los deportes. Por esperado o anticipado que fuera el evento, sigue siendo trágico. Perdimos al hombre que anticipa el futuro y redefinió el juego en todas sus dimensiones, aquel basado en golf, regatas y carisma presentado en Brasil al mundo.

Nunca antes una celebridad había estado tan expuesta al escrutinio público como Edson Arantes do Nascimento. Durante los últimos 65 años, cada detalle de su comportamiento ha sido exhaustivamente cubierto, debatido, criticado. El hombre, el padre, el marido, el cantante, el actor, el político, el embajador de Brasil, el amigo del poder, en todos estos papeles Pelé fue un producto de su tiempo. Los muchos veredictos sobre él han sido y seguirán siendo o revisados, con más o con menos justicia.

Pero el Pelé fundamental, el Pelé que dio origen a todos los demás, éste no debe ser motivo de duda. Pelé, el futbolista, el que vino de otra dimensión para revolucionar el fútbol y establecer en todo el mundo la devoción por el juego, por la selección brasileña, por el Santos FC, por la camiseta número 10, éste es indiscutible.

Cómo preservar el legado que dejó Pelé

El 29 de diciembre de 2022, día en que murió Pelé a los 82 años, será para siempre el día más triste de la historia del fútbol. From esta fecha, todos los que amamos este juego tenemos una misión que no podemos abandonar: evitar que Pelé y el fútbol mueran más; preserve su legado, no permita que prospere la campaña para reducir sus logros en el campo.

Homenaje en el museo de Pelé: Mundial de 1958, donde comenzó la leyenda.

Foto :

Guilherme Dionisio. Efe

En un acto más de este indomable juego, Pelé solo murió después de ver, desde una cama de hospital en São Paulo, la consagración definitiva de Lionel Messi, que también se convirtió en sinónimo de fútbol. La epopeya de Doha hace que se tempador poner a Messi en lo más alto, tal vez hasta haya algo de justicia en eso, quién sabe, el fútbol no se apega a esos detalles. El fútbol felizmente permite el politeísmo. Pero Pelé lo hizo antes, lo hizo mejor, lo hizo más veces, lo hizo en condiciones más difíciles.

Y, básicamente, lo hizo todo frente a menos cámaras. Toda su habilidad, potencia, gracia y fuerza se producían en estadios sin pantallas, mostraban con menos frecuencia, en televisores más pequeños, con menos colores, en un fútbol global todavía desorganizado –del que Pelé sería pionero. Las excursiones en las cuales el Santos y la Selección Brasileña recorrían el planeta eran el equivalente de la Liga de Campeones de hoy: a form of meeting at los best players del mundo. Nuestro deber es recordar siempre que marcar tres o cuatro goles en un amistoso en Europa contra el Milan, el Barcelona o el Manchester United en los años 1960 era algo más difícil y más relevante que marcar contra el Ludogorets, el Apoel o el Girona en los años 2000.

Selección Brasil se acuerda de Pelé durante el Mundial de Qatar.

No fueron sólo los amistosos, por supuesto. El periodista escocés Andrew Downie, autor de un libro fundamental sobre la Copa del Mundo de 1970, analizó los números del Rey. «En todos los años hasta 1966, cuando fue literalmente expulsado a patadas del Mundial de Inglaterra, Pelé repartió más de un gol por partido en partidos oficiales. El Mundial de Clubes, dos veces Copa Libertadores y dos veces la Copa Brasil. Todo esto tras haber marcado seis goles en cuatro partidos en el Mundial de 1958, con 17 años. incorrectamente, pero comprensiblemente) como el pico de su carrera.

¿Dónde estaría Pelé si hubiera jugado en esta época?

Hoy Pelé sería disputado por oligarcas rusos, magnates estadounidenses y monarquías del Medio Oriente. Desfilaria tiene a través de nuestros televisores todos los miércoles por la tarde y todos los domingos por la mañana. Serie preparada y recuperada por científicos y máquinas que no existían en su tiempo. estaria protegida por los arbitros; bastará y convertirá en goles todos los penaltis detectados por el VAR. Pelé inventó el juego moderno sin tener más herramientas. Ha sabido disposición que su propio talento, su propia determinación y compañeros que su presencia inspiraron y transformaron en mejores jugadores.

Como si eso no fuera suficiente, era un ganador hambriento, para quien la derrota será un destino inaceptable. El debemos a Pelé la evolución del juego y la explosión de interés por el juego. Lionel Messi Kylian Mbappé, que nuestra maravillaron en la final de la Copa del Mundo de Qatar, eran y son inevitables, como también serán lindos sus sucesores, productos acabados de un ambiente diseñado para explotar sus talentos con uniformes uniforms en campos perfectos y repetir sus goles y regatas desde mil ángulos diferentes , todo el tiempo, en pantallas de todos los tamaños. Este mundo solo existe porque existió Pelé.

Martín Fernández
Por O’Globo. Grupo Diarios América

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