La reciente introducción de la interfaz gráfica «Liquid Glass» para macOS 26 ha provocado reacciones imprevistas. Este nuevo diseño, revelado en un evento tecnológico mundial, representa el cambio visual más importante en los sistemas operativos de una importante compañía tecnológica en más de diez años. No obstante, el diseño rápidamente ha suscitado comparaciones y críticas, particularmente de su principal competidor, quien ha destacado una notable similitud con las interfaces gráficas de sistemas operativos anteriores.
El diseño «Liquid Glass» introduce una estética más uniforme y moderna a través de bordes redondeados, transparencias y efectos reflectantes. Este estilo estará disponible no solo en macOS 26, sino también en otros sistemas de la misma compañía. La intención detrás de esta transformación es mejorar la cohesión visual entre aplicaciones y facilitar la experiencia del usuario. Sin embargo, algunos usuarios beta han expresado inquietudes por la legibilidad del texto en ciertas áreas de la interfaz, donde los efectos transparentes parecen dificultar la visualización.
La respuesta más notoria a este comunicado vino de su mayor rival en la industria, quien rápidamente destacó las semejanzas entre «Liquid Glass» y la interfaz «Aero» presentada hace años. Este diseño, introducido en 2007 con un sistema operativo muy popular en aquel momento, también se distinguía por su uso de transparencias y efectos visuales brillantes. Mediante mensajes en redes sociales, emitieron comentarios sarcásticos que hacían referencia directa a la similitud entre ambos estilos. Por ejemplo, en uno de sus perfiles oficiales, compartieron imágenes comparativas acompañadas del texto: «¿Todo bien?», en clara alusión al nuevo diseño.
Estas publicaciones no solo intensificaron la competencia entre ambas compañías, sino que también generaron una avalancha de opiniones en plataformas sociales. Algunos usuarios rememoraron con añoranza la interfaz «Aero» y la contrastaron con el estilo moderno presentado. Otros hicieron referencia a parecidos con diseños más antiguos, como el Power Mac G4 Cube lanzado en el año 2000, o incluso con la interfaz del menú principal de una consola de videojuegos de 2012.
A pesar de las críticas, la nueva interfaz gráfica también ha sido bien recibida por quienes valoran la personalización. Los usuarios tendrán la posibilidad de ajustar el nivel de transparencia, con opciones que incluyen modos claro, oscuro y una presentación más opaca para mejorar la accesibilidad. Este nivel de adaptabilidad parece ser una respuesta directa a las preocupaciones acerca de la legibilidad de ciertos elementos.
Este tipo de discusiones sobre diseño no son novedosas en el ámbito de la tecnología. A lo largo del tiempo, diversas empresas han encontrado inspiración en tendencias antiguas para elaborar propuestas innovadoras, lo que inevitablemente lleva a comparaciones. En este caso, el rediseño intenta proporcionar una experiencia más actual y visualmente atractiva, pero no ha conseguido evitar la controversia ni las inevitables comparaciones con el pasado.
Mientras tanto, las personas aguardan ansiosas el estreno oficial para poder determinar por sí mismas si el diseño renovado está a la altura de lo esperado. Este tipo de avances siempre provoca reacciones mixtas, pero es evidente que la apariencia visual y el desarrollo de las interfaces continuarán siendo aspectos fundamentales en la rivalidad tecnológica.

