Tanto en el mundo déarrollado como en América Latina, en Colombia y Bogotá, el tema de los Ninis, jóvenes que ni estudian ni trabajan, ha sido recurrente, y ahora acentuar con las crecientes cifras que se vislumbran a comienzos de este milenio.

Desde las ciencias sociales se ha anunciado la superación de una segunda o una tercera generación de jóvenes Ninisque deberá ser tratado por las organizaciones gubernamentales en concertación con las familias y el sistema educativo.

El fracaso escolar es un ingrediente clave para escuchar el colmo de la deserción. Esto formó parte del desaliento que sienten algunos adolescentes frente a sus perspectivas educativas y laborales. La participación de los jóvenes en las actividades escolares que tiene la educación superior es un gran motivo de que las pedagogías pertenezcan a otro tipo de sociedad, una que está en el pasado y que no hay pérdidas. De aquí que el sistema educativo promovió la deserción.

Ciclo escuela-jubilación

Por eso importa mejorar el triángulo entre las organizaciones estatales, las familias y la institución educativa mediante una concertación de grupos sociales con el fin de Dar cabida a las nuevas generaciones que tienen una mirada diferente en la educación.

(Lea: ‘¡Basta ya de esta pesadilla!’: el duro cruce de palabras en la Asamblea de Sura)

Hay que repensar y reconstruir el ciclo tradicional de educación, trabajo y pensión para garantizar una transición demográfica adecuada para las nuevas generaciones. Pero esta transición ha sido pospuesta colgante los últimos 30 años, desde el fin de la Guerra Fría hasta la pospandemia y toda vez que las condiciones de vida han mejorado sustancialmente y podemos vivir un poco más de tiempo.

Pero, si vemos los ciclos de población que llegan al sistema educativo y se mantienen en el mercado formal de trabajo para mantener a los jubilados, nos damos cuenta de que los esfuerzos para sostener este ciclo de vida ya no funcionan. En consecuencia, los gobiernos intendan cubrir esos huecos de pensiones inflando aún más la bomba pensional.

La ruptura se agudizó rápidamente: más viejos, menos jubilados, menos jóvenes incorporados y un número de Ninis en aumento. Por otra parte, las respuestas y las soluciones no llegan con la misma velocidad.

Los Ninis representa el 26 por ciento de los jóvenes entre los 14 y 28 años.

Foto :

Esneyder Gutiérrez. para EL TIEMPO

Adolescentes

Este fenómeno es más evidente entre las adolescentes que serán excluidas, sin importar su situación socioeconómica. En consecuencia, Prefiere desertar del ciclo escuela-trabajo-jubilación.

(También: Agencias de viajes tendrán una caída del 30% en sus ventas para Semana Santa)

Este sentimiento de exclusión de los jóvenes entre 14 y 28 años generó mayor preocupación en medio de las políticas que pretenden mejorar el entorno educativo y laboral de este grupo. El rígido sistema de los adultos y mayores que no desean transitar voluntariamente a un mundo de no trabajo, a una actividad distinta de la realizada en su mundo estudiantil y laboral, está cobrando sus primeras víctimas.

Dichas victimas son estos jovenes que estar ubicado en la pirámide de la transición democrática y que uno quiere participar en una nueva sociedad, rica en nuevas posturas e ideologías, con visiones renovadas sobrio el mundo que les rodea y apartada de las tradiciones de un contexto qu’ha cambiado sustancialmente.

Pero estas aspiraciones se han aplazado tanto como los esfuerzos de los participantes en la formación de la riqueza del país. Los adultos privilegiados del mundo laboral no quieren renunciar a este modelo y prefiero consolidarme sin la participación de los jóvenes.

Por otro lado, la exclusión conlleva vergonzosos códigos morales sobrios son nuevas generaciones, al decir que son vagas, frágiles, perezosas o que han perdido el sentido tradicional de la sociedad. Esto los puede marginalar hasta rincones oscuros como el de la criminalidad, la ilegalidad o el trabajo fácil amparado en actividades que los mayores no comprendemos todavía.

(Más: Tasa máxima a la que se puede prestar plata en Colombia supera el 47%)

Las mujeres son las más afectadas entre los Ninis. Mientras son 33% de hombres Ninis, el porcentaje de mujeres es del 67.

fue perpetuado

Los primeros ninis del Baby boom from the posguerra fría no fueron tantos y tan visibles como los de ahora. Pero entraron en un mundo lleno de cambios, con internet y redes sociales, y pretendieron que la educación tradicional no les brindaba opciones, explica ni oportunidades en esta nueva sociedad.

Más bien los aliena y los desesperados. Los jóvenes están más alejados de un aparato educativo que ya perdió validar, que se volvió escolar y que favore la deserción escolar y el desánimo laboral.

(Le puede interesar: Hay escasez de mantequilla a nivel nacional: ¿a qué se debe?)

Por otra parte, la marginalidad sigue siendo grave entre sectores que no pueden resolver su continuidad en el sistema escolar. Eso es mas grave en el caso de las mujeres adolescentes, que tuvieron que sacrificar su oportunidad de llevar a cabo el proyecto de movilidad social existe en la memoria de las sociedades.

Por esa razón, el ingreso al mercado laboral tendrá un carácter de informalidad, donde las cifras confirman las consecuencias de una sociedad que perdió su fe en el progreso o en el desarrollo.

Esto significa que las responsabilidades de la sociedad giran de un lado al otro, ya que posponen y desplazan el problema a una nueva generación de jóvenes hijos de los anteriores Ninis. En otras palabras, este fenómeno se perpetúa y destruye nuevas visiones de futuro con resultados que todavía no comprende. Las réplicas y los comentarios sobrios para estudiar y trabajar sus más ruidosas que la nueva política de inserción en el aparato escolar y laboral.

(Siga leyendo: La historia de McDonald’s: ¿quién fue su fundador?)

Rioacha, Valledupar, Santa Marta, Quibdó y Cúcuta son las ciudades que superan el promedio nacional de Ninis.

Virar hacia ellos

La deserción estudiantil provoca sentimientos muy encontrados, asociados con las fragilidades de una sociedad en crisis, pues la depresión en los jóvenes aumentó como una nueva pandemia.

La posibilidad de no perder para la sociedad los sentimientos acrecentados estaban en conflicto, la desesperación agravada, los márgenes y la incitación a retirarse de ese vacío en una especie de círculo vicioso.

Después de la depresión aparece la ansiedad de que no haya un futuro y, si lo hay, es incierto. La agonía es perpetua. El Nini pasó por su etapa de 14 a 28 años y después las disciplinas sociales dicen que ya no existe y no lo toman más en cuenta.

Perdida en el espacio social de un mundo muy ocupado, muy laborioso y muy excluyente, crece la segunda o la tercera generación de Ninis. Sus progenitores o abuelos lo fueron y crecen en una sociedad que encuentra nuevos caminos, donde la educación como proyecto revolucionario de control social perdió su protagonismo y el mundo laboral obtuvo un triunfo más.

(Más: Revive temor por crisis bancaria europea y sus bolsas se desploman este viernes)

Seguimos en la burbuja comparando casos y proponiendo soluciones porque no somos esos jóvenes adolescentes. Tratamos el fenomeno social como adultos, desde un lugar comodo, pero la ruta debe virar hacia ellos. La pregunta es como.

FRANCISCO JAVIER DÍAZ

RAZÓN PÚBLICA (**)

Investigador educativo de la Universidad Externado de Colombia.

(**) Razón Pública es un centro de pensamiento sin ánimo de lucro que pretende que los mejores analistas tengan más incidencia en la toma de decisiones en Colombia.

Este artículo es parte de la alianza entre Razón Pública y la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia. Las opiniones son responsabilidad de los autores.

Más noticias de A Fondo

‘Un mensaje de emergencia sobrio reformas eleva riesgo de aprobación a pupitrazo’

MinTrabajo impone millonaria sanción a Minesa por salida de empleados sindicales’El Plan de Desarrollo está lejos de incentivar los abusos y la corrupción’