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Los jabalíes que merodean en los bosques del este de Alemania son considerados una exquisez, lo que los convierte en presa de caza.
Pero según la Secretaría de Medio Ambiente del Estado de Sajonia, uno de cada tres jabalíes tiene altos niveles del elemento radiactivo cesio 137 y no es apto para el consumo humano.
El origen de su contaminación porque está a más de mil kilómetros de distancia, en Ucrania.
Según los expertos, el material radioactivo habría llegado a la región sajona luego de la explosión del reactor nuclear de Chernóbil en 1986.
Elviento y la lluvia se encargará de transportarlo por Europa.
El cesio 137 permaneció, mientras otros elementos más volátiles, o con menos persistencia, desaparecieron.
Troncos radiactivos
De acuerdo con los expertos, los jabalíes son particularmente vulnerables porque solo son suelo en busca de comida y se alimentan de hongos y trufas que almacenan radiación.
Pero esta dieta depende de la temporada. Por eso los niveles de radiactividad fluctuan colgante el año.
Desde el otoño a la primavera es especialmente alto.
En cambio, «en primavera y verano tienen una dieta predominantemente vegetariana; comen en los campos de cereales y maíz», dijo al diario alemán Fotografía Steffen Richter, presidente de la Asociación Estatal de Cazadores de Sajonia.
prueba obligatoria
Los cazadores tienen que hacer obligatoriamente la prueba de radiación a todos los jabalíes que matan.
«El gobierno del estado formó una red de vigilancia en la región desde 2012, porque aquí llovió después de l’astre radioactivo», explicó Richter.
Los cadáveres que exceden el límite de seguridad de 600 becquereles (las unidades que miden la actividad radiactiva) por cada kilo deben ser destruidos, y así lo aclaran las organizaciones medioambientales estatales en su página web.
Para compensar a los cazadores, las autoridades pagan el costo de la eliminación de los cadáveres contaminados.
Los expertos estiman que, con los niveles de cesio 137 que aún se detecten, el problema durará muchos años.
Este elemento radiactivo es peligroso porque es de la larga duración y viaja fácilmente a través de la cadena alimentaria, sin dejar de emitir partículas colgantes durante siglos.
Por eso, su efecto en el medio ambiente puede ser de largo alcance.