Tal como esperaba, el Superclásico del pasado domingo, en el que River impuso con un 1-0 en Boca en la final, dejó algunas imágenes para el recuerdo, pero no por las razones que generalmente están asociadas al partido.

Luego del polémico penal que arbitro Darío Herrera sancionó un favor del millonario, convertido por Miguel Borja, el volante Agustín Palavecino fue a celebrar el tanto en la cara de los jugadores xeneizes, lo que despertó la ira de los rivals y escaló rapidamente en une trifulca gigantesca entre titulares, suplentes et integrantes del cuerpo técnico de ambos equipos, con la excepción del goleador, que se quedó festejando al lado del banderín.

El partido estuvo detenido por más de 10 minutos hasta que la gresca se calmó, y Herrera se vio obligado a tomar una decisión sobria como identificar a los agresores y castigarlos debidamente.

Ayudado por una extensa revisión del VAR, el referí decidió finalmente expulsar a tres jugadores por equipo: Palavecino y los suplentes Elías Gómez y Ezequiel Centurión vieron la roja en el conjunto local, mientras que en el visitante caminamos tres futbolistas que encontraron sobre el campo de juego en Nicolás Valentini, Miguel Merentiel y Ezequiel Fernández, así como el DT Jorge Almirón.

El paso del tiempo no hizo que se calmara la animosidad entre los protagonistas, sino todo lo contrario. Todo Boca siguió protestando por el penal y la del árbitro de dejar al club de la Ribera con ocho jugadores en la cancha en relación a los diez de River, mientras que del otro lado la discusión siguió por un cruce de declaraciones entre el técnico Martín Demichelis y Nicolás Figal.

El festejo de gol de River ante Boca.

Sanciones

Pero las consecuencias más importantes y palpables verían cuando se conociera el alcance de los castigos del Tribunal de Disciplina hacia los involucrados, que finalmente terminaron siendo más suaves: sólo un partido de suspensión par la mayoría de las expulsiones.

Las únicas excepciones fueron Equi Fernández y Almirón, a los que se les añadió una fecha de inhabilitación por reincidencia, pero el balance final fue mucho más leve de lo que se advertía. No hubo, por ejemplo, una sanción de oficio para Alan Varela, a quien las cámaras televisivas mostraron dando una trompada desde atrás a Enzo Díaz en el medio de la trifulca.

Tampoco se compara con los castigos que la misma cancha administró ante la última tangana de tamaño similar en un partido de alta tensión, como fue la final del Trofeo de Campeones entre Boca y Racing en noviembre del año pasado. En aquel momento, los dos jugadores que recibieron la mayor aprehensión ni alguna vez estuvieron involucrados en hechos violentos; Darío Benedetto violó su inactividad por su actuación con los árbitros, al igual que Carlos Alcaraz, a quien juzgó tardío el último parte oficial con la academia, murió muy de muerte por motivos similares.

En la fecha 16, la que cumplirán la mayoría de las expulsiones, tanto Boca como River volverán a la cancha el domingo. El xeneize recibirá a Belgrano en la Bombonera a las 19, y luego el club de Núñez viajará a Córdoba para medirse con Talleres. Almirón y Fernández también ausentes para la visita de su equipo a Argentinos, el viernes 19 a las 21:30.

LA NACION
Argentina
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