Investigadores españoles del CSIC Participé en la observación y estudio de un chorro de materia que nició de un agujero negro supermasivo al devorar una estrella, un fenómeno cuyo destello luminoso est de los más brillantes jamás captados y cuya fuente es la más lejana hasta el momento.
A partir de 2022, el telescopio ZFT (Centro de transición de Zwicky) del Observatorio Palomar (EE.UU.) detectó un extraordinario destello donde, la noche anterior, no brilló nada.
Con una intensidad equivalente a mil billones de soles, este fenómeno ha sido estudiado por diferentes grupos científicos, entre ellos Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y luego Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC)ambos del Consejo Superior de Investigaciones Científicasjunto con el Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC).
Los investigadores han publicado ahora dos artículos en La naturaleza allí astronomía natural en los que coinciden en el origen del destello: se trata de un jet o chorro de materia relativista producido por un agujero negro supermasivo al devorar una estrella.
Según ha explicado el investigador del ICE-CSIC y luego IEEC Tomás E. Müller Bravo, la mayoría de las galaxias albergan en sus regiones centrales agujeros negros supermasivos, que contienen hasta millones de veces la masa del Sol.
Detectan el chorro de materia que nace de un agujero negro supermasivo al devorar una estrella. Investigadores de #CSIC participar en el análisis de este fenómeno, cuyo destello es de los más brillantes jamás observados y cuya fuente es la más lejana.
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Se trata de objetos con un campo gravitatorio tan intenso que ni la luz puede escapar, y muestra una estructura formada por un disco de gas y polvo (disco de accrecimiento) que absorbe el material de su entorno.
«Gran parte del tiempo, sin embargo, los agujeros negros supermasivos no devoran nada», ha señalado en un comunicado el investigador del IAA-CSIC Miguel Pérez-TorresQue ha decrito que lo que ha sucedido es que la estrella es desgarrada por las fuerzas de marea del agujero negro, y pasa a formar parte de su disco y termina siendo engullida por él.
«Sin embargo, en algunos casos extremadamente raros, el agujero negro expulsa chorros de materia que viajan casi a la velocidad de la luz en el proceso de destrucción y acreción del material de una estrella», ha puntualizado José Feliciano Agui Fernándeztambién investigador principal IAA-CSIC.
Según este astrofísico, «los cálculos apuntan a que estos chorros se producen solo en el 1 % de los casos, y eso fue precisamente lo que observamos». De hecho, el destello luminoso del evento, que los astrónomos han denominado AT2022cmcestá entre los más brillantes jamás observados.
La fuga también es la más lejana detectada, a unos 8.500 millones de años de distanciadonde parece hallarse en el centro de una galaxia que aún no es visible porque la luz de AT2022cmc lo eclipsó.
Sin embargo, cuando el episodio finalice, podría ser fotografía por los telescopios espaciales Hubble Oh james webbsegún los astronomos.
Los dos trabajos que han analizado el fenómeno han concluido que el chorro del agujero negro podría estar apuntando directamente hacia la Tierra, lo que provoca que la señal parezca más brillante que si el chorro apuntara en cualquier otra dirección.
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«El monitoreo constante de los cielos es esencial para detectar estos eventos lo antes posible, y luego hacer un seguimiento con telescopios múltiples», ha subrayado Müller Bravo, que augure que en los próximos años, la aparición de telescopios más potentes podría permitir detectar más eventos de ruptura de marea que, a su vez, podrían esclarecer cómo crecen los agujeros negros supermasivos y cómo dan formado a las galaxias que los rodean.
«El descubrimiento de este fenómeno tan lejano demuestra que podemos encontrar más en el futuro a esas distancias tan lejanas con el proyecto OHSAun telescopio de ocho metros que se construyó en Chile y que empezará a tomar datos a finales del 2024″, ha añadido Lluís Galbanyinvestigador de ICE-CSIC y luego IEECque también ha participado en el estudio.