Los tormentosos últimos meses de la carrera de Cristiano Ronaldo parece tener un oasis en Arabia Saudita, a donde llegó esta semana para integrarse al Al Nasr en el contrato más caro de la historia del fútbol mundial, con un salario estimado de 200 millones de euros y una vinculación por los próximos cinco años.

El talento de Cristiano no es el mismo de sus años de gloria y, a punto de cumplir 38 años, es obvio que ya no es el mismo. Pero los árabes confían en él no solo para aprovechar los últimos años de su carrera, sino también para potenciar un fútbol y una liga que quiere pensar en grande, como ya lo hicieron sus vecinos de Qatar, que hace menos de un mes vivieron la plus final en la historia de la Copa del Mundo.

«In Europe mi trabajo ha terminado, lo he ganado todo, he jugado en los clubes más importantes», dijo Ronaldo antes de una presentación luminosa y festiva en el estadio del Al Nassr, donde los hinchas del club agotaron las 25.000 sillas disponibles. «Ha venido aquí para ganar, para jugar, para disfrutar, para ser parte del éxito de este país y de la cultura de este país», añadió.

El impacto mediático fue inmediato, justo cuando el mundo del fútbol despedía a una de las figuras más importantes de la historia, el Rey ‘Pelé’. La cuenta de Instagram del Al Nassr pasó de tener 823 mil seguidores antes del anuncio de la contratación de CR7 a 10.7 millones (hasta este sábado) luego de sacudir el mercado internacional.

La camiseta del Al Nassr, fabricada por la firma Duneus, poco conocida en Latinoamérica, se vende a 80 dólares (unos 400 mil pesos, 150.000 más, por ejemplo, de lo que cuesta la versión hinchada de la camiseta de la Selección Colombia). Ahora, el que quiera tener en la espalda el nombre y el número del portugués, debe abonar 100 dólares más.

Pero el tema va más allá de las redes sociales y las camisetas. En Arabia esperan que la llegada de Cristiano ponga a la liga de ese país en la mira del mundo. “Allá donde vaya, captará la atención y aunque solo el 10% de sus seguidores se por su nuevo club, La Liga saudí se está convirtiendo en una de las más seguidas del mundo”, publicó el diario Gulf News, de Emiratos Árabes, para analizar la fenómeno. Y agregó: “Asia nunca vio algo así”.

Japón y Qatar hicieron experimentos similares

Hubo antecedentes en el continente. As cuando Japón vino a potenciar su liga: el Sumitomo Kinzoku (hoy Kashima Antlers) llevó en 1991 al brasileño Zico, la gran figura de la selección de su país en la década de los 80 y calificado en su momento como el sucesor de Pelé. Ahora mismo, Zico celebró hace 38 años, el año pasado está a un punto de cumplir Cristiano Ronaldo. Dos años después nació la actual J-League. O como cuando Qatar, en su afán de potenciar su fútbol, ​​también buscó llevar figuras y contrató en 2015 a Xavi Hernández, aún en plena competencia con el Barcelona, ​​con 35 años de edad. Llegó al Al Sadd, jugó cuatro años y luego se convirtió en el entrenador del equipo, antes de volver a las tellas blaugranas, ahora como técnico.

Sin embargo, ninguna de esas contrataciones tuvo el impacto y las apariencias de la llegada de Cristiano Ronaldo. La liga árabe se ha invertido más en entrenadores extranjeros que en jugadores. De hecho, no hay un solo DT saudí en primera división. Allá direct, por ejemplo, el argentino Ramón Díaz, el chileno José Luis Sierra, el portugués Nuno Espirito Santo y el español Rudi García (DT del Al Nassr), y en su momento, también pasó por esa liga el colombiano

El Al Nassr va por más, y sobre todo, sabiendo que ganamos la liga local desde 2019 y que el Al Hilal, uno de sus grandes rivales, es el auténtico campeón de la Champions asiática. Ya había llevado un comienzo de temporada al arquero colombiano David Ospina, desde el Nápoles, y ahora buscaría otros números para armar el grupo de los ‘nuevos galácticos’. Ya tienen en la mira al frances N’Golo Kanté, campeón del mundo con Francia en 2018 ya punto de quedar libre del Chelsea, y al croata Luka Modric, quien también terminó contrato con el Real Madrid en junio.

Pero el tema, más allá de los objectivos particulares del Al Nassr, parece ser parte de una estrategia global de Arabia Saudita, que ya está haciendo fuertes inversiones en otros deportes: crearon el LIV Golf, un circuito manejado por Greg Norman y al que llegaron Figuras como Dustin Johnson, Cameron Smoth, Brooks Koepka y Joaquín Niemann, con bonos multimillonarios. Y desde 2021 recibe una de las válidas de la Fórmula 1, en un circuito urbano en Yeda, diseñado por German Herman Tilke, cerebro, además, de otras pistas de la categoría, como las de Sepang (Malasia), Shanghai (China) y Sochi (Rusia). Todo esto, para dejar atrás las criticas hacia el regimen saudi sober el tema de derechos humanos. Ahora, Cristiano Ronaldo parece ser una de sus apuestas más fuertes.

José Orlando Ascencio
Subdirector de Deportes
@josasc
Con información de AFP

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