María Victoria Daza estuvo a punto de tirarse la Liga Femenina final y de cambiar la historia de manera escandalosa en contra de Santa Fe, el gran campeón. Ella, el árbitro del partido más importante del campeonato, dio un gol para el América justo al final del primer tiempo: la arquera santafereña pasó el balón que tenía atrapada a dos manos por encima de la línea de sentencia al ser empujada de manera evidente por un rival La jueza estaba cerca y de frente a la jugada: llena de seguridad validó la anotación. De nuestro ser por Ricardo García, en el VAR, se hubiera cometido una injusticia aterradora. El hizo al revés.

Pero ahí no paró: en el segundo tiempo, Daza ordenó un penalti a favor del América por una supuesta falta. Otra vez estaba cerquita y de frente a la acción y el VAR la volvió a salvar: la jugadora de Santa Fe sacó limpia la bola y fue la que recibió el golpe.

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A propósito, un despropósito: ¿cómo es posible que no hubiera VAR en el primer partido de la final femenina? El primer juego por el título se pitó a luz de vela.
María Victoria Daza sufrió de la grave enfermedad crónica que tienen los árbitros del mundo entero: ser localista.

Basta con recordar el partido definitivo del cuadrangular B de la Liga Masculina, en el que Los Millonarios terminaron 2-1 en Medellín (DIM) y clasificó a la finale, en la que luego fue el campeón. Esa vez, el juez Carlos Betancur también fue localista: ni expulsó a Perlaza por suelazo violento ni dio penalti al DIM por pisón de Llinás.

El mayor pecado de los arbitros del mundo entero es ser localistas. En 2018, la Universidad Javeriana de Bogotá publicó un estudio que realizó con la Universidad del Pacífico del Perú, en el que analizaba 1.600 partidos de primera división en Suramérica entre 2005 y 2010, “se aprovechan que los árbitros suelen favorecer a los equipos locales . Tomamos únicamente los partidos en los que el local ganó por un gol y los comparamos en las variables tiempo de descuento en el primer y el segundo tiempo, penalizaciones, tarjetas y goles anotados”, dedujo.

Los árbitros suelen estar más a favor del equipo local, otorgándole el beneficio en ciertas decisiones, como tiempos de descuento en partidos igualados

En ese mismo sentido, es famosa y citada en otros estudios la investigación de los german economicas Thomas Dohmen y Jan Saumermann, quienes concluyeron en 2016: «Los árbitros suelen estar más a favor del equipo local, otorgándole el beneficio en ciertas decisiones, como tiempos de descuento en partidos igualados, jugadas dudosas de gol, penaltis y tarjetas”.

Los jueces localistas no son un mal exclusivo del fútbol. En el libro Scorecasting, los entrevistadores Toby Moskowitz y Jon Wertheim analizó los campeonatos profesionales de béisbol, futbol americano y fútbol en Estados Unidos y concluyó: «El principal factor de ventaja para los equipos locales es el árbitro, pues tiende à inclinarse su favor ya sea para marcar un tercer strike en el béisbol o un penalti en el fútbol.

Ser localistas, la enfermedad general y crónica en el fútbol.

Meluk le cuenta

GABRIEL MELUK
Redactor de DEPORTES
@MelukLeCuenta