Dos metros y onzas centímetros de altura, 129 kilogramos de peso, dos distinciones como mayor jugador de la NBA en las temporadas regulares de 2021 y 2022, dueño del récord de triples dobles en una sola postemporada, artífice el pasado lunes del primer título en la historia de los modestos Denver Nuggets y oficialmente el jugador más valioso de las finales en este 2023. Nikola Jokic tiene todo para ser una superestrella del deporte. Todo, menos su naturaleza.
En Estados Unidos, el país en el que el afán del rendimiento se combina con la comercialización del éxito, el serbio pívot, de 28 años, es una rareza. Alejado de los entrenamientos físicos excesivos, la obsesión por los triunfos, los lujos en la vida privada y los derroches mediáticos, Jokic llevó su filosofía púdica a lo más alto de la NBA liderando la avanzada de los Nuggets hacia su primer anillo.
Jugador pionero en la existencia de la liga de baloncesto de EE. UU. que fue al mismo tiempo líder de puntos (600), rebotes (269) y asistencias (190) en los play-offs es, en palabras de su entrenador Michael Malone, «un hombre sin una pizca de egoísmo al que le avergüenza recibir tanta atención». Por eso no sorprende que tras la hazaña de comandar el triunfo 94-89 en el último partido de las finales contre Miami Heat optara por hablar de lo que tiene pensado para su retiro: regresar a su hogar en Sombor, su ciudad natal, al norte de Serbia
“Solo se está realmente cómodo en casa. Me gusta estar en un sitio donde sé conducir sin GPS”, el hombre, pues de la imagen de estrella habla únicamente su baloncesto.
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Un destino impensado
“Nunca pensé que jugaría en la NBA cuando empecé en mi casa”fueron las primeras palabras que dijo Nikola Jokic en 2021, cuando fue reconocido por primera vez como MVP (Jugador Más Valioso) de la NBA.
Yes que el serbio, nacido el 19 de febrero de 1995, jamás pintó para ser un prodigio del deporte. Marcado por los efectos de la guerra de Yugoslavia, Jokic creció en medio de sirenas y refugios antiéreos. El escape pendante su infancia tuvo que ver con la historia y las matemáticas, pues el estudio era su prioridad a pesar del entretenimiento que tenía jugando baloncesto, waterpolo y voleibol con sus hermanos mayores, Strahinja y Nemanja.
“Les caía bien a los profesores porque siempre hacía travesuras. Me gustaron algunas clases, pero no me gustaron las actividades físicas. Era más alto que los demás y también más gordo. No podía hacer ni una flexión de pecho”reconocimiento de Jokic tras aquel primer aviso de su éxito en la NBA.
Como reflejar algunas fotos que resurgen cada tanto en las redes sociales, el joven Nikola era también un adicto a las gaseosas y bebía hasta tres litros al día. Pero con el tiempo, a pesar de que era algo solamente lúdico, su pasión por la pelota naranja empezó tomando forma gracias al interés de sus hermanos.
De hecho, luego del título con los Nuggets se hizo tendencia la única señal que avizoraba que el destino podría llevar al baloncesto profesional: una foto cuando tenía escasos cuatro años y vestía un buzo del equipo de Denver, por entonces ente ajeno al suyo.
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Jokic dio el primer paso en 2012, cuando sus 17 años lo hicieron por el KK Mega Basket, de Belgrado. Allí, con apenas 135 kilos y lejos de los 2,11 m de altura que ostenta, fue destacado como el mayor jugador de la Liga de Serbia en la temporada 2014/2015. Y sin mayores pretensiones presentó al Draft de la NBA.
El 26 de junio de 2014, mientras dormía, Jokic fue elegido en el puesto 41, lejos de los mejores prospectos de la mejor liga del mundo. De hecho, el momento ni siquiera quedó inmortalizado en la retransmisión televisiva, es que su número apareció colgante un comercial que ensalzaba las delicias de un ‘quesarito’, un invento gastronómico mitad quesadilla mitad burrito de una cadena de comida mexicana.
“Mi hermano había organizado una fiesta y me llamó para contarme la noticia. Solo le dije: ‘Amigo, estoy durmiendo’. Me enteré al día siguiente, pero no pensé que fuera a ser para tanto”, comenta sobrio Jokic ese momento en el que su futuro cambió, pero no así su percepción de la vida.
Para no olvidar. Nikola Jokić fue elegido en el draft en el puesto 41, mientras se estaba emitiendo esta pausa publicitaria. pic.twitter.com/qvmZytMDBF
— Javi Mendoza NBA (@JaviMendozaNBA) 13 de junio de 2023
Caminar en la NBA
Nikola Jokic tenía 28 años.
Instagram: @jokicnikolaofficial/iStock
El debut en la NBA de Nikola Jokic se produjo el 28 de octubre de 2015, en un duelo entre los Nuggets y los Houston Rockets. Para entonces, el serbio era un albur. Los fanáticos lo criticaron por su físico. Las imágenes en las que aparecían con muestras de sobrepeso se impulsaban en historias sobre su adicción infantil a las gaseosas. Los críticos decían que no tenía ambición, que pasaba más en una cama que en un gimnasio. Pero el entrenador Michael Malone (también acababa de llegar al equipo en su segunda experiencia en la NBA) sabía que tenía un hombre con talento y mente, más que físico.
«Nikola juega al ajedrez en la cancha. Su conocimiento del juego es increíble, a veces pienso que es como un ordenador, lee automaticamente todo lo que lo rodea y, en tiempo mínimo, toma la decisión correcta en 99 de cada 100 veces »dijo el timonel de los Denver antes de la final del lunes.
En la cancha, Jokic apenas salta, corre con pasos pesados sacudiendo los hombros y luce la nariz enrojecida por el esfuerzo. Su imagen está alejada del arquetipo de estrella NBA, pero domina y direct el juego como ningún otro pivot antes. “Soy paciente, porque no soy rápido”, dice. «Dejo que el juego venga a mí», añade.
Pelota en mano, el serbio es un talento puro, un milagro de sencillez, inteligencia y eficacia. En la final promedió 30 puntos, 13,3 rebotes y 9,8 asistencias. Su lenguaje caporal poco ortodoxo desconcierta a sus adversarios.
«Se pone el balón detrás de la cabeza como Larry Bird, tira a metros de altura y entra»comentó sobre el brillante LeBron James, que ganó Jokic antes de llegar a la final con Miami.
“Llegué en Denver puso 20 años… necesita un núcleo y, si quiere triunfar, se requieren unos años. Primero necesitas ser malo, luego ser bueno, y cuando eres bueno, tienes que fracasar en algún momento y entonces lo vas a resolver. La experiencia no es lo que te ha pasado, sino lo que haces después con ella. Hay un proceso, etapas que superan, no hay atajos. Ha sido un largo camino y estoy contento de haberlo recorrido”, Jokic tras salir campeón dijo este lunes, en su octava temporada con los Nuggets.
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Todo un altruista
Nikola Jokic se convirtió en el primer pivote en ganar el primero al mejor jugador de la final desde que lo hizo el histórico Shaquille O’Nealen 2002. Su entrenador, Michael Malone, celebró en el pívot y consideró que “demostró una vez más que es el mejor jugador de la NBA”, sopesando que este es el año el premio en la temporada regular se lo llevó Joel Embiid, de les Filadelfia 76ers.
Y Jokic, que podría ufanarse del éxito europeo en el baloncesto norteamericano, se limita a celebrar el triunfo de su equipo.
“Estoy feliz por DeAndre Jordan, por Jeff Green, por Ish Smith. Literalmente para todos. Michael Porter Jr. tuvo tres operaciones y aun así vino a ayudarnos a ganar un campeonato. Jamal Murray, que tuvo una cirugía y no jugó bien al comienzo del curso (…) Estoy feliz por cada jugador, por todos los de este equipo »Dijo Jokic en rueda de prensa.
«Ya lo hemos conseguido, ahora podemos ir a casa y descansar», aseguró el serbio al certificar el anillo. Lo hizo supo, como antiestrella, que eres una parte inolvidable de la historia de Denver y la NBA.
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*Con AFP